Concha Amorós es una enfermera de 59 años con un compromiso político y social difícil de igual. Durante años ha realizado una ardua labor como voluntaria social, trabajando al lado de drogodependientes e inmigrantes, y de solidaridad internacional con el pueblo cubano y venezolano Tareas que compagina con su activa militancia en el Partido Comunista y en Esquerra Unida. Amorós ha dirigido el colectivo local de EU de Castelló durante tres años y forma parte del Consell Nacional, máximo órgano de la formación en el País Valencià.
*¿Qué espera de estas elecciones generales?
Despertar las conciencias adormecidas. Remover los cimientos de un sistema injusto donde el 20% vive con menos de 300 euros al mes, una sociedad que permite la muerte de centenares de miles de personas frente a sus costas y dirigida por una casta de políticos corruptos. Denunciar que no se puede vivir con menos de 500 euros de pensión, que condenar a los jóvenes a trabajos precarios de 700 euros es una injusticia y que las mujeres cobran un 30% menos que los hombres por el mismo trabajo realizado. Y eso, mientras los precios no dejan de subir.
*¿Le está resultando fácil compaginar la campaña con su vida familiar?
Soy divorciada, cuido de mi madre enferma sin ayudas de la administración, trabajo en el Hospital de la Plana y dedico todo el tiempo que puedo a explicar el programa de EU desde Vinaròs a Almenara. Sencillamente, duermo poco. Pero es imprescindible llegar hasta el último rincón, y no voy a descansar ni un segundo, porque lo contrario supone claudicar frente a la tiranía del PP-PSOE. Las dos caras de una misma moneda, con una enorme maquinaria que trabaja 24 horas al día para favorecer a los que más tienen en detrimento de la inmensa mayoría.
*Aparte de la política, ¿a qué dedica su tiempo?
La política no es un hecho aislado. Nadie hace nada al margen de la política. Lo contrario es lo que nos quieren hacer ver desde el poder. Si nosotros no participamos, si no nos implicamos, las decisiones las toman los de siempre desde sus poltronas, los Fabra y compañía. Firmar una hipoteca eterna, esperar durante meses para ir al médico especialista, llevar a nuestras hijas e hijos a una escuela entre barracones, incluso respirar el CO2 que emite el Serrallo… todo está predispuesto por la política. Por eso, ni yo ni nadie hace nada al margen de la política.
*Usted ha hecho público su patrimonio, ¿cuál es la cosa material más valiosa que tiene?
Confundimos constantemente el valor de uso con el valor de cambio. El primero implica necesidad vital y el segundo, tan solo, importe económico. Si me preguntas que es lo más caro que ostento, la respuesta es el piso donde vivo. Pero me es mucho más útil el amor de mis hijos y de mis amigos, que es tan material o más que cualquier objeto porque no es utópico sino real, lo siento cada día. En ocasiones olvidamos estas cosas y quedamos presos de las necesidades artificiales que crea el marketing para mantenernos hipotecados y sumisos durante toda la vida.
*¿Mira todos los meses si le han ingresado o no la nómina?
Lo miro a diario a partir del día 20. Desde la entrada en vigor del euro los salarios de los trabajadores y trabajadoras han crecido muy por debajo de la inflación. La cesta de la compra se ha encarecido una barbaridad y el sueldo ha empequeñecido de manera alarmante. Y a pesar de ello sé que soy una privilegiada por ser funcionaria. La mayoría de asalariados cobra menos de mil euros al mes. Los pensionistas y los jóvenes son los más desfavorecidos. Y a la mayoría no nos toca la lotería cada año como al presidente de la Diputación de Castelló.
*¿Qué proyectos –fuera de la política– le quedan por llevar a cabo?
Muchísimos y todos de carácter colectivo, pero los podría resumir en la consecución de la III República. Una cuestión de salud democrática que implica lograr sus principios básicos. En primer lugar, la Igualdad absoluta entre todos los seres humanos, especialmente entre hombres y mujeres. Instaurar la Libertad como elemento central para desterrar el racismo y la xenofobia. Y, cómo no, la Solidaridad con el sur explotado y expoliado por empresas del primer mundo. Como decía, no hay nada al margen de la política, ni siquiera el opio televisivo o confesional.
*¿Qué espera de estas elecciones generales?
Despertar las conciencias adormecidas. Remover los cimientos de un sistema injusto donde el 20% vive con menos de 300 euros al mes, una sociedad que permite la muerte de centenares de miles de personas frente a sus costas y dirigida por una casta de políticos corruptos. Denunciar que no se puede vivir con menos de 500 euros de pensión, que condenar a los jóvenes a trabajos precarios de 700 euros es una injusticia y que las mujeres cobran un 30% menos que los hombres por el mismo trabajo realizado. Y eso, mientras los precios no dejan de subir.
*¿Le está resultando fácil compaginar la campaña con su vida familiar?
Soy divorciada, cuido de mi madre enferma sin ayudas de la administración, trabajo en el Hospital de la Plana y dedico todo el tiempo que puedo a explicar el programa de EU desde Vinaròs a Almenara. Sencillamente, duermo poco. Pero es imprescindible llegar hasta el último rincón, y no voy a descansar ni un segundo, porque lo contrario supone claudicar frente a la tiranía del PP-PSOE. Las dos caras de una misma moneda, con una enorme maquinaria que trabaja 24 horas al día para favorecer a los que más tienen en detrimento de la inmensa mayoría.
*Aparte de la política, ¿a qué dedica su tiempo?
La política no es un hecho aislado. Nadie hace nada al margen de la política. Lo contrario es lo que nos quieren hacer ver desde el poder. Si nosotros no participamos, si no nos implicamos, las decisiones las toman los de siempre desde sus poltronas, los Fabra y compañía. Firmar una hipoteca eterna, esperar durante meses para ir al médico especialista, llevar a nuestras hijas e hijos a una escuela entre barracones, incluso respirar el CO2 que emite el Serrallo… todo está predispuesto por la política. Por eso, ni yo ni nadie hace nada al margen de la política.
*Usted ha hecho público su patrimonio, ¿cuál es la cosa material más valiosa que tiene?
Confundimos constantemente el valor de uso con el valor de cambio. El primero implica necesidad vital y el segundo, tan solo, importe económico. Si me preguntas que es lo más caro que ostento, la respuesta es el piso donde vivo. Pero me es mucho más útil el amor de mis hijos y de mis amigos, que es tan material o más que cualquier objeto porque no es utópico sino real, lo siento cada día. En ocasiones olvidamos estas cosas y quedamos presos de las necesidades artificiales que crea el marketing para mantenernos hipotecados y sumisos durante toda la vida.
*¿Mira todos los meses si le han ingresado o no la nómina?
Lo miro a diario a partir del día 20. Desde la entrada en vigor del euro los salarios de los trabajadores y trabajadoras han crecido muy por debajo de la inflación. La cesta de la compra se ha encarecido una barbaridad y el sueldo ha empequeñecido de manera alarmante. Y a pesar de ello sé que soy una privilegiada por ser funcionaria. La mayoría de asalariados cobra menos de mil euros al mes. Los pensionistas y los jóvenes son los más desfavorecidos. Y a la mayoría no nos toca la lotería cada año como al presidente de la Diputación de Castelló.
*¿Qué proyectos –fuera de la política– le quedan por llevar a cabo?
Muchísimos y todos de carácter colectivo, pero los podría resumir en la consecución de la III República. Una cuestión de salud democrática que implica lograr sus principios básicos. En primer lugar, la Igualdad absoluta entre todos los seres humanos, especialmente entre hombres y mujeres. Instaurar la Libertad como elemento central para desterrar el racismo y la xenofobia. Y, cómo no, la Solidaridad con el sur explotado y expoliado por empresas del primer mundo. Como decía, no hay nada al margen de la política, ni siquiera el opio televisivo o confesional.
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